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Soñó mi amada...
Vienen Ángeles, coros celestiales,
corre brisa del mar en nuestras caras,
trompetas cantan notas hoy tan claras,
se hunde el demonio y se alzan los frutales,
alza el aire y las aves son timbales,
saltan estrellas, no hay verdades raras,
doquier manos se estrechan, no hay ya varas,
brota un sol, bosques, nieve y manantiales;
se van los vanos, vuelven buenos idos,
se abrazan y entre todos se hacen nidos,
y al mundo inunda amor y hay alegría;
yo soy dicha, parece hoy ser... ¡el día!...
... Despertó haciendo un cántico alabanza
porque está viendo a Dios que ya se avanza.
sábado, 27 de agosto de 2011
miércoles, 24 de agosto de 2011
Aquello y ella
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Aquello y ella
Me alumbró desde siempre a mí un destello,
viví porque la quise la aventura,
ya vi lejanas tierras de finura,
diversas compañías fueron mi sello.
Hoy entre amigos, dones, luce bello;
voy cierto, la confianza me asegura,
su risa llena mi ojo con holgura;
feliz, firme, me hace a mí eso, “aquello”.
Pero “esto” siento: amor que no contengo.
Ya que sé muy bien que si al alzar mi huerto
de entre eso no sé verla yo estoy muerto,
y sé que si en un acto yo de “tuerto”
del suelo al cielo sin mi amada vengo,
pues en realidad yo nada tengo.
Aquello y ella
Me alumbró desde siempre a mí un destello,
viví porque la quise la aventura,
ya vi lejanas tierras de finura,
diversas compañías fueron mi sello.
Hoy entre amigos, dones, luce bello;
voy cierto, la confianza me asegura,
su risa llena mi ojo con holgura;
feliz, firme, me hace a mí eso, “aquello”.
Pero “esto” siento: amor que no contengo.
Ya que sé muy bien que si al alzar mi huerto
de entre eso no sé verla yo estoy muerto,
y sé que si en un acto yo de “tuerto”
del suelo al cielo sin mi amada vengo,
pues en realidad yo nada tengo.
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