sábado, 27 de noviembre de 2010

Ayer y hoy

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Ayer y hoy

Te quieren. Algo a cuanto niño diste,
los reunías a jugar “¿quién sabe más?”
Ayer dando regalos estuviste,
tocan, he de decirles que hoy no estás.

Flores en mi jardín siempre creciste,
por ti a Dios me acogí, no a Satanás.
Ayer con una luz aquí estuviste,
hoy busco y hay oscuridad, no más.

En bromas parabienes me envolviste,
oí: “Tú ni salgas”. “¿Bella dónde estás?”
Ayer con esa cara aquí estuviste,
hoy preguntan por qué no está ya más.

 “¿Vive tal felicidad?" Tú: “Sí existe”
y luego me decías: “Mira tu faz”.
Mostrando ayer que existe aquí estuviste,
en mí desde hoy existirá jamás.

Broté líneas de dichas que trajiste,
risueñas, bailes yéndose hacia el haz.
Ayer vertiéndome eso aquí estuviste,
hoy, como aquellas líneas no habrá más.

Podría seguir con tanto que me diste
pero tanto es lo que hubo y no habrá más…
Todo porque el ayer aquí estuviste
y apenas voy creyendo que hoy no estás.

Remembranzas

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Remembranzas

Aún no me acostumbro a tu partida
y no olvido que estuvo aquí tu aliento,
cuando fuimos amor entre algún viento
y dos rostros alentados a la huida;

tu cara cristalina prometida
y ojos serenos que dijeron “siento”,
como andamos la vida lento cruento
y hallamos hacia el cielo una subida.

Sentí en tu boca y manos tanto afecto,
ayer tuve tu voz y tu intelecto,
tu cuerpo dentro, tu paso a mi lado;

me invade la nostalgia y bien me acuerdo,
y cuando el raro mundo me es helado
tus brazos para entibiarme recuerdo.

lunes, 22 de noviembre de 2010

¿Dónde?

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¿Dónde?

¿Dónde alcanzar?, ¿dónde ir a vislumbrar
lo que el sol, mar y lluvia hacen surgir?,
¿lo que un anhelo-yerro hunde en sufrir?,
¿lo que es saber? -si has de saborear-,

¿lo que es hallar quien ama tu alma andar?,
¿lo que es extremo, calma y rápido ir?,
¿lo que se oye y ve al alba y al dormir?,
¿lo que nunca vacios van a abrazar?,

¿dónde plantan dos cuerpos su arboleda?,
¿dónde el albedrío jamás se enreda?,
¿dónde voz sobre el tiempo volaría?,

¿dónde la amada alta y eterna queda?,
¿dónde de un ser un universo habría?
¡Dónde cuánto y más sino en poesía!

jueves, 18 de noviembre de 2010

Inspiración

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Inspiración

Inspiración, sin ruido te marchaste,
ya eras muda, quien fue tu voz se había ido;
no sé, quizá algo aquí de ti dejaste,
lento, se habrá en mis manos extinguido;

la faz, la mar, la luz que dedicaste,
mi razón y canción que habían nacido,
secretas, en arcanos las guardaste
para ir con ella. No me has elegido.

Huyendo en la proscrita, te inspiraste
a legarme líneas sin esencia,
curioseé hallar al mundo algún contraste
y encontré tu nublar la transparencia.

No sé hoy qué anotar, me hundo en un letargo;
inspiración, sin ella el tiempo es largo,
ella a ti inspirando y yo ido me he dejado;
pronto, hasta que exististe habré olvidado.

Quedé

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Quedé

Parezco estar aquí, tú ya te has ido,
creo que no me tuve, que era tuyo,
mis ojos a un lugar que fueres huyo,
no sé si aquí quedo, si algo ha habido.

Rápido y lento, espacio y comprimido,
pulsa algo, se me acerca y escabullo
pues no me mando; en mí hay un apabullo
a lo que ansíe ser o hacer. Y no he sido.

¿Me muevo? Oigo un ruido, veo figuras,
llego, sigo, las cosas no son puras…
un mundo hay que es y no es por donde voy…

¡Oh!, soy la nada y sin embargo soy;
hay no sé qué y sin ti yo eso seré.
Muerto estoy… pero vivo me quedé.

Nada

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Nada

Tu voz se dispersó y la mía se aleja,
presidio en tu recuerdo yo me auguro,
y vuelo vivo muerto en algo oscuro
viendo que una sin fuerza ya me veja;

vivir cayó del alto a palabreja,
no estoy frente a una playa; contra un muro;
fue el tiempo detenido, no hay futuro;
gris alba, sol ceniza, Nochevieja;

de un negro limbo ya oigo la campana,
enfrío y alcanzo a ser pregunta vana:
¿Por qué es que me escapé de mi mañana?

¡Mañana!... ¿Dónde?… ¿dónde está mi amada?
Ayer fuimos el mar, la tierra alada,
mas aquí no estás y hoy veo que hay nada.

Atado

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Atado

Pensé en ti como a mí me había ocurrido
cuando andar vides me volvió viñedo,
y tiempo atrás te vine echando quedo
pues creí, por mí, que el mundo se te había ido;

nos envié por dos caminos convencido
de lo que luego se me haría un enredo;
y mi acercarte más al ir fue el credo
que me hizo de ti libre, y a vez recluido;

mi “ya hasta aquí”, tu “entonces ya me iré”,
mi tal buena obra, el no avistarte ausente;
porque tan ciego estaba no vi el ente…

ya que atado, olvidado y tú en la mente,
sin saber si un día tranquilo dormiré
ni dónde hallarte, siempre aquí estaré.

Decretos

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Decretos

Cuando ansiamos ver más allá, veíamos,
porque hablábamos mucho ser racimos;
así fue que todo cuanto quisimos
se hacía realidad si lo decíamos;

con certeza de amar nos amaríamos,
anhelo de ir y el mundo recorrimos
pues decretos oyéndonos seguimos;
dictando, eterno encanto y paz vivíamos,

tanto sol… que dudé de nuestro ledo
y ordené al sueño cierto irse muy quedo
citando que un día tú nos callarías;

y en ti no creyendo crecí en mí un miedo
a la osadía en que siempre nos traías;
que un día adelanté. Irte, de mí oirías.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Veinte años

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Veinte años

Tienes ya veinte años
y eres toda una energía,
abre tu voz las sendas
y ordenas en los vientos,
estás tú aquí y allá teniendo
cuanta quieres vía
porque yendo contigo hoy
veinte se alzan muy contentos.

Eras tú chiquilla
que en los campos
jugó mucho y más corrió,
tiempo de abrazos, regalos,
y de felicidad que no fue escueta,
sin preocupación, con mimos,
algo quisiste y se te dio;
¡ah!, años de la infancia
en los que el alma
camina tan repleta;

luego fuiste no tan niña
y mucho ver todo querías,
ingenua andabas,
el bien y el mal viviste
y siempre fuiste pura,
y seguiste así porque esperando
sentir la dicha tú vivías,
reíste y lloraste, pero, linda,
en todo momento con ternura;

y luego un don a tu pureza
la adorno maravilloso
porque tu camino incierto
lo volvió en esplendoroso,
puesto que este don
cuida e ilumina
a quien lo elija;
y nos acompañaste
de una pequeñita,
nuestra hija.


Tú, que en nuestra niña
siempre mores
y le traigas harta dicha;
nuestra niña, que a ti,
madre, te honre y ame
y siempre te lo diga;
tú y nuestra niña,
siempre… sí,
siempre se amen
y jamás verán desdicha;
ustedes, tú y nuestra niña,
siempre… que a las dos
Dios las bendiga;

hoy llevas veinte soles
y no temes a los truenos,
pasas por heladas, ventiscas,
desiertos y por ventas,
se te inclinan las estrellas
y los cielos con sus senos,
cruzas con dominio
y fuerza por abismos
y tormentas;
vuelas con holgura
y porte sobre hielos,
montes y planicies,
te alaba la flora
y ante fieras mandas
en las superficies,
vas siendo reina
de los bosques
y el trinar de todas aves,
y de la voluntad de mares,
nubes y hombres
traes las llaves.

Al pasar de los años, adelante;
irás con larga vista,
tranquila pero firme, serena,
una mujer muy bienhechora;
seguirás con honradez
y siempre habrá una mano
que a ti asista;
darás entonces tu saber;
serás tú toda…
toda una señora;

en el colapso de los tiempos
te vestirás de la experiencia;
mirarás con brillo,
sobreentendida;
regalando sencillita
con paz virtuosa y añoranza
a quien la clame, tu sapiencia,
fuente que derramarás resplandeciente…
serás tú una viejita;

y en un día los Ángeles
te guardarán de todos males,
verás desde tu eterna luz,
en el mundo tu semilla,
complacida,
y abajo serás muy recordada;
te honrarán las hordas celestiales
y estarás junto de Dios que te llamó,
y de él serás la más querida.

¡Oh amada!,
la chiquilla,
la joven ansiosa,
la de veinte,
la madre,
la señora,
la viejita de sapiencia
tanto sana…
oh… mi amada
ya en los cielos,
mi amada del recuerdo
complaciente;
¡oh preciosa que me ama!,
de la creación
eres milagro
¡tú mi amada!

En muchos lugares estuviste
y en muchos más ahí estarás,
un algo ya viviste,
y con los años
más tú harás y vivirás;
pero hoy olvídate todo eso,
¿ves?, tu dicha llegará
ya en su medida
y tu llanto hoy es vapor;
vengan…
¡vengan al hoy ya mi chiquita
porque su pureza les hace
su felicidad ya decidida!...
Sí, hacia el presente sal
y contigo trae nuestra bebita.

Pues hoy aquí tres años,
quince y cien son…
ya nada
¡los tuyos son la vida!,
anda, ven…
¡cómete al mundo!,
porque veinte hoy tienes
¡tú, bonita!

Las rimas de mi niña

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Las rimas de mi niña

Hay cascadas en rimas a mi niña
hablando cuanto la amo y en mí llevo,
adentro el tiempo tantas ya me apila
que mi vivir se iría si escribo yo esto,

rimas sublimes que a explicar no acierto
pues vuelan sobre todas, cristalinas,
guardando sólo a mí el perfecto metro
e ignoto vocablar que me recitan,

cuando despierto y voy a verle el sueño
se ven revoloteando sobre su haz,
al tiempo que despierta empieza un viento
que las posa en sus ojos, ahí están,

cuando habla, de sus labios a mí van
oh… notas en tonada de sereno,
y de su risa en timbres y al compás
letras desconocidas van saliendo;

cuando mares y bosques he surcado
con mi niña, el sol brillos conjura,
y el lago y brisa y cielo van bailando
unidos un rimar que hacen holgura,

cuando mi amada la alza a su ternura
y me ríen descansando en sus regazos,
dicen tal rima inescribible y pura
que sé, Dios a mí con ellas ha llegado;

son torrentes las rimas de mi niña
y la han soplado a quietos horizontes,
con ella han ido en caudas de oro en día
y en estrellas fugaces por las noches,

están en su quietud, su andar y goces,
cuando lejos la oigo, cuando me mira,
éteres, agraciantes esplendores
viniendo de ella a mí en paz-armonía;

son rimas que mi amada entiende enteras
pero que nunca oirá en mi hablar precisas,
ya que palabras no tendré yo expresas
para un día asir tal éter a hojas fijas;

dice que así es pues un solo aire agitan
tal las que al vernos hay y que son nuestras,
que irán como estas que no están escritas,
sólo mías y de mi niña al verla.

Como el sentir no sé explicar y es tanto
mejor lo vivo y no lo hago; y ya esto acabo
pues vamos a dormir a nuestra niña…
rima… beba etérea en nuestra vida.

El gozo

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El gozo

Los que habíamos vimos tal bondad:
Besa al cielo un sol suave acurrucante,
hay aves, bosque verde y susurrante…
se fue un día el odio y la oscuridad.

Pasó un tiempo y seguimos sin maldad,
todos amamos, hay viento surcante,
hay nieves en cascada y mar brillante,
noche en luna plata… tranquilidad;

el mundo en rededor es armonía,
verdad que es clara desde aquel ya día,
nadie ansía, se cultiva, todo tiene;

y hago por mi amada… tal poesía,
y tanta, que hoy ya nada la contiene.
Tal es el gozo que en sueños me viene.

Fuimos

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Fuimos

A mi amada en la playa un día yo hallaba.
Hilamos: Fuimos juntos gran querer,
fui al mundo por recursos que traer
y ella a crecer. Pactarnos nos juntaba.

Después: Del puerto a un mar que convocaba,
fuimos anhelo en busca de aprender,
risa en el mundo, amor y un recorrer;
y aún vamos como un alma, esto no acaba.

Entonces habló Dios cumpliendo la hora
de entregar su justicia prendadora
al verla yendo siempre en alto nombre;

su obra hizo y al cielo andó. Como el hombre
que vela hasta que bien se da su viña,
flotó dejándonos a nuestra niña.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Navidad

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Navidad

Dijo mamá y arriba anuncian Santos
que un niño nacerá y seremos cantos,
que un Ángel dijo: “Bajo la estrella harán halagos
y a su cuna llegará un candor y Reyes Magos”.
Mamá dijo que por él habrá aún la fruta y col,
que dará vida, que él es la luna y es el sol,
que desde un pesebre irá conmigo dando luz.
Por eso mi hermanito se va a llamar Jesús.

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Mami. Jesús quiere que corramos, que brinquemos,
que riamos, durmamos tranquilos, te dé un beso,
que con él y pajaritos en el cielo estemos,
dice que es nuestro el huerto, el lago y el cerezo,
y que a acompañarnos hoy y siempre Dios lo envió.
Ma, con Jesús déjame jugar que ya nació.
                                   ________

¡Amiguitos!, ¡ya llegó Jesús y trae juguetes!,
animalitos, heno, escarcha, esferas, ¡mil paquetes!,
nos hace que ya siempre queramos jugar juntos
porque su campanita la suena a todos puntos,
y al lado nuestro y del brillo en alto de su estrella
el juego se llama: “Haz a Navidad la bella”;
y amiguitos, ¡vamos a correr cubiertos de ella!
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Pa, dice Jesús que en paz trabajes noches matinales,
que desde que pusimos árbol, Mamá y yo bien comemos,
que nos cuida aquí a la vez que está contigo cuando sales,
que a mí y a mis amigos hará que niños siempre andemos
porque brotarán niñez y amor cuando en su tierra siembre,
y que en ti y Mamá y en todos siempre puede ser Diciembre.
Pa, nací para jugar como él, como él yo quiero ser,
como Jesús… quien Dios aquí y en Belén hizo nacer.

Me pareces

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Me pareces

Pareces quieta que algo guarda ansiosa,
fui hace tiempo un soplo al viento así.
¡Presiento buscas la verdad grandiosa
que vi mil veces por mis años! ¡Sí!

Quieres volar y piel que ya acaricies,
palmar estrellas, la alborada en mantas,
montes, ríos, lagos, bosques y planicies
en que dio miel la abeja y sembré plantas,
tu faz reciba nieve de los Andes;
tormentas lejos ir en la altamar
que hagan agua, aire y rayos retronar,
oír que tu bote cruje entre desbandes,
y como yo, sentidos y tú a par
se sientan ahí no chicos, ¡sino grandes!

Vislumbro igual ansías ya hoy te reclamen
la explosión que en mí siempre reclamé;
tu mente y alma fiel con otra se amen
a toda hora y lugar como ya amé;
ser tú razón de ser, añoro y dicha
gesta-vida; y yo ya vi esa dicha.

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Por eso estoy cansado, cantidad
de todas suertes he ido, me han bañado,
mientras tu adentro hierve en humedad
de estremecerte antes de tiempo dado;
inhalo cuando exhalas ansiedad,
por tal, niña, ayuda he procurado:

¡Cambiemos! ¡Por un día haya desarraigo!
Con mis ojos verás cantar flautero
con dichas y recuerdos que allí traigo,
luz y paisajes de mi pie viajero;
con un día en un gran descanso caigo
y lo que esconde el mundo ves sincero.

A un sopor suave me enviarás y río
pues no habrá en él a algún hastío cabida;
tendré siesta, te irás de lo sombrío,
y aptos, mañana haremos aún más vida.

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Bajo un gran sol te miro y echas frío;
tengo sueño y me pareces… tan huida.
Calma, habrá un cambiar dándonos brío
de ir hacia un alba en que, quizá, quien pida
un cambio a alguien por un día seas tú.
Hoy déjame dormir, despierta tú.

Libros

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Libros

Mi amada no sé todo, oí un murmullo;
te digo, vi el Corán con sus pasajes,
la Biblia, el Tao Te King con sus paisajes,
Talmud y Mahabharata me instituyo;

credos, cada era y país uno muy suyo,
nos dan “calma” y les damos homenajes
separándolos en mil oleajes,
y por eso el mundo aún es capullo

pues lo vi ahí… Las fes: Nuestros Jesuses,
los Budas, las Pirámides, las Cruces,
los Alá y el Nirvana con sus luces…

junto con los Amón, Yavé y los Ra…
son una sola voz que nos guiará
hacia un algo que hoy no es, pero será.

Más rimas

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Más rimas

He de hacer más rimas cuanto antes, ¡pronto!,
pues a mi alma su cantidad es monto
y al éter fluido, ¡vengan aquí a ser!;
temo a esta ciudad del limbo caer;

¡más!, que a mi edad hay oros y desgarros
que aquí están para que a mi mente hostiguen,
¡rimas ya había cuando esos eran barros
y temo que por ellos me castiguen!...

y así un día se vayan, un día me dejen.

¡Rimas!, no gentes vanas sean mi polen,
voy ya a veces cuando me hablan, ¿a qué?;
hoy temo que inhumanos me controlen
y olvidarlas como alguien que se fue;

¡más luces que en mi pluma se traslucen!,
¡más voces que me traigan claridades!,
mi tiempo un frío y su mundo lo seducen,
temo de rimas ir a vanidades…

y así un día se vayan, en él me dejen.

¡Más rimas!, no olvide lo que ellas son:
mi amor quien entre el viento un día llegó,
voz en mi pensamiento y corazón…
mi amada… quien del cielo las bajó.

Para huirme el odio de este mundo tonto
y con mi alma y el Éter se festejen
he de hacer más rimas cuanto antes, ¡pronto!,
que eso absurdo opaquen, ¡que a mí manejen!,

temo un día se vayan, un día me dejen.

El poema de después

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El poema de después

Este es el poema que hago después
que acabo ya uno más: Aireada mansa
que me alza y en las nubes me descansa,
un ver mis muertos irse y riendo a vez,

oír bailes de la lejanía que es
durmiendo en dicha hacia otro día su danza,
tocar una alta bienaventuranza
que me protegerá y hará enterez,

es justicia saciada hacia mi amada
pues todo trajo, y hacia la anhelada
próxima rima, gran expectación,

y es mi partida a cierta ensoñación
ya que el éter pasó por mí algo más;
me envuelve en rededor toda una paz.

Hechizo

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Hechizo

Mis ojos embrujaste en un herbaje,
te agradas ante mí con mucho oficio,
tu magia me es a mí como un brebaje,
me mueve esta poción y te acaricio;
poseso, de tu cuerpo soy hoy paje,
y si te hallare al fin que es maleficio,
aunque tu encanto al alma no la amarre
mis ojos van con gusto al aquelarre.

Kristhel

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Kristhel

Amiga hoy hace un año que partiste,
frente a ti estoy con una flor y luego
vivir no siento y por los dos te ruego
me olvides cuantas veces te hice triste;

pero de ti el tormento no se asiste,
yo mismo me consumo en el apego
a tu recuerdo y me hace hundirme en fuego;
con tu ida el ausente que fui destruiste;

tanto me exculpan, nada me consuela,
pero algo grita que esto se compone,
y quiero que en el tiempo que se vuela…

la dicha nunca más nos abandone,
tu ausencia mucho más ya no nos duela,
y que Dios por tu muerte a mí perdone.

Jesús

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Jesús

Con tus hermanos por amor viviste,
por su sinrazón tu aliento expiró,
tu suplicio milenios más les dio
y al cielo con nuestro señor volviste;

y hubo quienes siguieron lo que hiciste,
al recto y al hereje se enteró,
tanto de ti en el mundo se trató
pero nadie escuchó lo que dijiste;

y así, el día del sol verán nublado.
Pero tú, que aquí unos aún veneran,
que a derecha del padre estás sentado…

No te olvides de los que a ti te esperan.
Vean, cuando a la muerte hayas echado,
las luces que en tu rostro se generan.

Lluvia

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Lluvia

Cuando uno nos volvemos en furor
somos todas las brasas que se encienden,
mil gritos que el momento lo trascienden,
terremotos cimbrándose en sopor,
el tornado embistiendo el frío en calor,
antidisturbios que la paz extienden,
el huracán y el fuego que contienden,
de los bosques rocío, del mar olor,

el ión al aire, calma y explosión,
primarios tonos de un nuevo color,
oídos y notas de una igual canción,
silencio, risas, lágrimas, pudor,
voz, susurro, virginidad, arrojos,
relámpago en anhelo, trueno en pos,
un solo espacio, unos solos ojos
de mujer-hombre viendo para dos.

Yo escribía nuestro invierno-primavera
cuando medio escuchaste compañera.
Dormitando hablaste: “Tú y yo uno y parte
con la atronante lluvia que hay afuera”.
Del cosmos, dimensiones, tú baluarte.
Mi letra eclipsa, no habrá en pronto ni era
su igual a ti pensando sobre amarte.
Seguías al sueño y ahí aún más mojarte.

Confusión

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Confusión

No sabes si eres otoño o el invierno,
nada das tan bien que no sea nada,
no te sabes pecado o recatada,
si eres tormento o éxtasis eterno;

puedes ser paraíso vuelto averno,
ignoras si eres paso, gran morada
o intemperie que entierra en una helada;
volviste mi sentir en “no discierno”.

No soy yo, cierta y duda haces mi mente,
presión y holgura, gozo a vez que inflamo,
te toco calmo y tan vehementemente,

y sufriendo la dicha de un demente
devuelvo tus palos de: “¿Me amas?, ¿te amo?”
Con: “No sé”; "sí" oculto en frío que en ti derramo.

Sinceridad

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Sinceridad

Si buscas pertenencias como ornato,
trabajas mucho más que mil motores,
y atestas a tu ambiente de valores
pisando al éxito con tu zapato;

si a toda gente ganas en el trato
y atrapas para siempre sus favores,
su estima y atenciones las mejores,
y lo que a ti se antoje de lo grato;

si hartaste así de pescas a tu albarsa
y la conciencia limpia la mantienes
al ver que el buen obrar no fue comparsa

y coronas tus logros en tus sienes
viendo que nunca fuiste tú una farsa,
por fin algo del cielo tú ya tienes.

Señor

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Señor

Señor abrí la luna y no te hallé,
anduve en la tierra y montes recorrí,
busqué en la estela hasta que la perdí,
subí al trueno y tu voz no la escuché;

viví el ayer pensando y no finé,
volé sobre del cielo y no te vi,
me hundí en el mar que entero estremecí,
de ti inquirí respuesta y no encontré;

mas tanto te invoqué con mi quejido
que atendiste queriendo hacerme fuerte,
porque cerca de mí te hiciste un nido…

miro que la belleza no es inerte,
moraste tú en mi amada, que he querido;
y en ella estás y al fin hoy puedo verte.

Suspicacias

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Suspicacias

Quieto aceché niña. Vi suave y dura,
tras tu paz, atada, un ansia inclemente
de dar y recibir yendo impaciente;
un huracán que entre el candor madura.

Tú. Oscuro rayo, agua en fuego, apertura,
mi gusto y libertad furtivamente,
cuerpo enfermo de que el beso no intente
darle por sus huidizas cuencas cura.

El día que a ti iba, un gusto conocí
(goce de yo en ti y tú en mí): Que a un no ir fui…
Fuiste ansia y no, cuerpo y no… Ya no vi…
tus yo inquietos se escondían-salían;

como ahí, música de gozo en mi alma oí
y a ti las suspicacias bien te irían…
por siempre cerca y lejos me tendrían.
Tu ardor y hiel jamás me abrazarían.

¿Que qué es mi amor?

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¿Que qué es mi amor?

¿Gente quieres saber tú qué es mi amor?
Si es la esencia de Dios secreto cielo,
sabio, que pone al hombre a hacer labor,
que hace llama lo que antes era hielo,
¿por qué al amor quitarle esencia yo?

Puede el cielo al no ver al sol llegar
dar grises nubes y tronar con brío…
cara y clamos sin patria que pisar,
que al haz son vientos secos y un gris frío…
mas por mi amada puedo hacer más yo;

puede el cielo si el sol se va a apagar
tornarse ocre y hundirse en la maleza…
tono en lúgubre silbo ante expirar,
oro y voz marchitándose en tristeza…
mas por mi amada puedo hacer más yo;

puede cuando vio el cielo al sol marchar,
en las más hondas noches tan ufanas
gemir sus lágrimas en la altamar,
que se oyen lastimeras y lejanas…
mas por mi amada puedo hacer más yo.

Podrá el cielo a un anhelo sublimar
y es que esto-aquello-y-lo otro puede y puede,
ser ocre-o-gris-o-negro o bien llorar,
o por su amor ser nada de él que quede,
mas por mi amada puedo hacer más yo;

pues gente, es todo y una, cielo y sol,
su pena haría a mi honda alma todo suyo
porque ella ahí brilla mucho más que un sol,
y si algo así hay cuando a mi amada sufro
piensa qué ocurre en mí al amarla yo.

Virtudes

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Virtudes

No importa ser el único y primero,
siempre supe que tu "honra" no era engaño,
sí agradezco y me siento en gran tamaño
pero sabes que más que eso te quiero;

el paso que hemos dado no es somero,
sabíamos que el cuerpo no era escaño
sino abrazar el hoy al cuna-antaño,
no mal-cambia, no me hartas, no te hiero;

te asiste a la importancia del momento…
la carne muere, vive el pensamiento,
-honda y suave caricia que serena-;

lo anoto y a eterno rimar empotro;
me das totalidad siendo alma buena,
es la virtud que yo vi en ti, no lo otro.

Porque puedes

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Porque puedes

Porque tu alegría al mar siempre viajo,
porque no puede atarse más ternura,
porque es tu cuerpo altar de la hermosura,
porque bondad exhalas sin trabajo,

porque entendernos es al cielo atajo,
porque anda en riel tu mente, vas madura,
porque estamos tan ciertos que se augura,
porque aquí hay instinto natural, no bajo,

porque a ti soy y a mí eres siempre fiel,
porque te ansía intrigándote esta miel,
porque entregar ha sido nuestro modo,

porque en unir crees y no en la piel,
porque eso y más destellas sin recodo;
porque puedes, de ti… lo quiero todo.

Sólo siento y se da

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Sólo siento y se da

  Sólo siento con ella. Ayer sentí
  ánimo osado que ansía a desafiar,
  júbilo finado a reavivar
  sin pena en fausta escena; descubrí…
mi amor hoy anda y va…

  ya viven regocijo y dejan siestas
  sombra y campos, y van a su salud
  trino y sol adulando su virtud,
  a vez que el haz y el lirio dan sus fiestas…
por mi amada que es tan bella…

  ¡un deseo no!, ¡anhelo de ponerla
  -en mayor vida al don en el que mora-
  en senda!, tengo yo de en su alma verla
  siendo más ¡señorita no!... señora…
sólo siento con ella.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Gran ser quien...

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Gran ser quien…

Gran ser quien en concierto de naciones
entre blancas contiendas prevalezca,
y entre palmas y lenguas resplandezca
de esta tierra los himnos y dicciones,

ponga el nuestro ante todos los pendones
y frente al hombre de él se enorgullezca,
haga que el pecho entero se estremezca
y exalte de la patria los blasones;

si hace a nuestro suelo vitoreado
con su pujanza y calma perentoria,
la gran aspiración habrá alcanzado:

Nunca será olvidado de la historia
y siempre irá por nuestro pueblo honrado.
¡La gracia a quien nos cubra de esta Gloria!

Conocí hoy a Amado Nervo

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Conocí hoy a Amado Nervo

Amada conocí hoy a Amado Nervo.
¡Si te ha visto!, hacia ti su hiedra haría,
las formas bajo el fino tul serías
y vida en paz contra su asceta yermo,

serías quien toda virgen daría el cuerpo,
a quien destile su filosofía,
a quien marcharse sola dejaría
y a la piedad de su pistola el miedo,

serías quien volvería por esa puerta
y el beso que en lo eterno llevaría,
te sabría al mirarte... oh ¡si te viera!

Pero él se ha ido, somos hoy poesía,
amada hemos también sido tanto de esto
que hoy más sé, que es vivir volver de tiempos.

Certidumbre

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Certidumbre

Callar todo atrae curiosidad,
te intolera el mundo, vierte crudeza
mostrando entera y fiel toda impureza
de quien habla y su interna voluntad.

Busca aún darles más inclaridad,
que en palabra crean y no en certeza,
al justo da balanza de franqueza
e irá al falaz sorpresa en cantidad.

Siempre hay un disfrazado de novicia
quien mal en uno un tiempo y lengua avoca,
mañana así irá expuesta su malicia;

y en el venir que juzgará a la boca,
de lo de el que en la confianza se escuda
todo habrá al que no tuvo nunca duda.

                                                                            A mi amigo
                                                                            Jorge Hernández

Motivos

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Motivos

Este lugar en mañas sumergido
es para instintos bajos vislumbrar,
su argucia trae tesoros a mi altar,
acecha un disfraz, ego resentido;

descifro engaños de un vulgo fallido,
preveo hostiles, defiendo tierra y mar,
roo, digiero, me nutren de manjar,
río, a mi extraño modo soy nutrido;

y asir algo de aquel amor tortuoso
que bate fiero a vez que llama ansioso…
¡Ah! Hiere cuando a conquistarlo apresto.

Y aquí estoy solo, yo contra un imperio.
¿Por qué disfruto y busco siendo opuesto?
Por la razón, el alma no es misterio.

                                                                            A mi amigo
                                                                            Jorge Hernández

Diferendo

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Diferendo

Hay gente que me quiere hacer villano
y hábilmente preparan situaciones,
y habla su boca tantas ocasiones
buscando se me vea como un insano;

pobres, pues su fin, eso sí es malsano,
los míos titubean de mis acciones,
de tantas maliciosas intenciones
ya oyen a veces este coro vano.

Pero algo obtengo en este diferendo,
entre dudas y ocultas farsas, lodos,
algo ahorro y luego soy un amplio estruendo;

surge un torrente cierto, portentoso:
Sobre los vituperios quiero a todos.
Algo llueve, se extiende fresco y gozo.

                                                                            A mi amigo
                                                                            Jorge Hernández
                                                                            Sigue queriendo

De un tiempo a hoy

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De un tiempo a hoy

De ti escribo insultante, descortés,
no por no amarme, Dios de esto es testigo;
es porque de ello diste a mí castigo,
tal, que de un tiempo a hoy muda ansío que estés,

ciega, no hiera el ojo con que ves…
Oh… ya no soy aquel que fui contigo;
ya… perdón, lo que haces hago, ¿a qué sigo
si olvido a quien fue ayer… por quien hoy es?

¡Es porque parece ayer que te traté!...
¡perdón! soy débil, fuerte a ti te amé,
y es que otra tú eras… en la que quedé,

desde hoy te llevaré en mí siempre así;
diré -como cuando eras ella, ¡sí!-
por tu recuerdo al aire… “Soy feliz”.

Ha no mucho

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Ha no mucho

Me odias, yo aún te miro los aliños.
Tus vestidos, tus pecas, tu trencita,
tus mejillas, hoyuelos y tus guiños,
tus lentes que te hacían ver tan bonita.
Ha no mucho aún éramos dos niños.

La puerta donde a ti me atravesaba.
Quién sabe de qué hablábamos, derroches,
se trataba de un rato estar sin traba,
donde pasamos medios días y noches.
Pasé hoy, vi nuestra sombra que ahí estaba.

El patio en que contigo un día corrí.
Jugando bola tu hondo tú sabía
que si ganabas había sido así
por complacerte, porque así quería.
Si hoy nadie ve corro al pasar ahí.

La escalera en que hablé a ti un día, deseo.
Donde hablabas de sueños y sosiegos,
decías al par que yo lo hacía: “Te creo”,
cuántas veces fue mesa en nuestros juegos.
Paso y ahí nos oigo, ¡ahí nos veo!

Quién sabe qué pasó por tu camino
que en este paso hoy pasas amargura,
otra eres, para ti es cualquier camino;
hoy ya hay aquí otros niños; tú en premura;
los veo y lo sé, ¡aún aquí es camino!,

y cuando en él te veo hoy, hondo me muerdo
pues ahí está aún quien fuiste, quien fue amada;
y mientras en imágenes me pierdo,
ahí para ti hay lo que en tu vida, nada;
tú pasas, lástima que yo aún me acuerdo.

Hice...

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Hice…

… y verte harto, mío objetivo.
En mi mente a ti meterte,
preguntar y en ti ir activo…
   por el hambre de entenderte;

sentí y lo hice en ti presente,
fui un espacio y tiempo fuerte
para aquí tenerte frente…
   y el ansiado “sí” obtenerte;

brindar la tinta a quien se estima,
lo que tu ser al mío le vierte,
mi lira, nervio y ansia en rima…
   para de ahí a ti leerte;

tu familia me alejé,
bien los quise, no fui inerte,
de esto nunca a ellos oiré…
   para un día poder tenerte;

olvidar cuando en ti expiras,
voltear la vista ahí, no verte
tus dizque elites, tus iras…
   para en mí siempre ascenderte.

Me tragué tu no, mis liras,
mil ascensos, mi entenderte,
mis alejes y tus iras…
   por lo necio de quererte.

¿Que tanto...?

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¿Que tanto...?

¿Que ansías ser un motivo de candor?,
¿que das a todos por igual la palma?
¡Mientes! ¿Que la humildad a ti se empalma
y noble te refrescas al calor?

¿Se siente en tu presencia paz, calor?
¿Que donde ves amor posas el alma?,
¿que entiendes y consuelas dando calma?,
¿que tu querer es tanto, ilustrador?

¡Mejor calla!, ¡ya no vas a donde ibas!,
como una pobre de alma no te exhibas
queriendo ocultar tus realidades,

ya se sabe de las frivolidades,
melindres y miserias que tú das;
y que podría quererte a ti yo más.

Tu amargura

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Tu amargura

Más me odias, hace tiempo me alejé.
No sé por qué aún me viertes magma espeso,
fuiste tú quien me tuvo a mí confeso,
¿qué crimen hizo al odio?, ¿que te amé?;

¿se fue un tiempo?, yo algún temor crucé,
veneno echas si trato olvidar eso,
podrías ser quien llevé con embeleso
mas muestras tu amargura que dejé;

aún te quiero, encendiste en mí un destello
mas tu hastío en tus esnobs se ve mejor,
ni te miro, de tu hacha salvo el cuello;

mi néctar se guardó, cerré mi flor,
con tu odio quédate y con todo aquello;
sé que fui de lo bueno tuyo autor.

Atrás

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Atrás

Ahí estabas, la vista no volvía,
alguien me dijo: “te envolvía entre fuego”,
mas sin volver sé verte, no fui ciego,
como siempre, sentí, ¡yo lo sabía!;

mi deber, voltear, ver tu faz que hervía,
o no hacerlo, bajar mi frente en ruego,
irme o quedarme; le era igual a tu ego;
sólo debía sangrar, ser quien sufría.

No te vi y partí, mas ¡oh!, ¡reía en mi ida!...
y hoy hay contigo lo que nunca en vida.
Volé, fui ave que sólo cielo anida,

pues mientras todo tu odio a mí venía
no me importabas y en mí se diluía.
¡Un sol salió! No sabía ¡Así es el día!

No creas

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No creas

No, no creas que te dejé de amar,
no creas que no había nada en mí y partí;
entre las olas mar adentro fui
pues el agua se deja bien surcar;

mi alma inquieta se aburre en tu negar,
debe amar, no creas que me morí,
como tu “no por no” ahoga lo que di
debe ir a hablar, su instinto suspirar;

yo, débil, puedo estar aquí rogando
mas mi honda alma en su efluvio está volando,
no crea hundir tu pesar a mi candor,

él vive, tú marchita eres desdicha,
¡del no no negaré al Éter amor!,
no creas que porque no amas no hay tal dicha.

Porque volviera...

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Porque volviera…

¿Por qué aún clamé a tu sangre ira y desangre
si no cesas de hendirme odio con hambre?
Porque un día fuiste arroyo en tu desierto,
mostraras que aún existes, ¡que no has muerto!

Volvieran tus ojos que hicieron huida,
redondos, reflejantes mielecillos,
la mirada que ansiaba ir a la vida,
que fue abrigo meciéndome en sus brillos;

volviera quien a mí no se ocultó,
quien dijo: “Yo… perdón, te lastimé”.
Quien un momento su odio derrumbó
la tarde que afloraste y te abracé;

porque volviera tu alma, su expresión,
tu honda flor, tus palabras verdaderas,
lo que me hacías darte antes, ¡corazón!;
porque volvieras, ¡porque a mí volvieras!

Por eso un tiempo fui a tu amor sin pero,
por tener al ser que aún miro entero,
quien un día casi me amó, ¡casi me amó!
                            Pero no salió… No salió.

Todo

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Todo

No alcanzaba la vida para darlo
porque era demasiado que brindarle,
la cara con la luna refrescarle,
el cenit en su torso derramarlo.

Pero lo mucho, arduoso fue explicarlo,
el tiempo andaba, urgente era mostrarle
¡cuánto yo su existir podía adorarle!,
que nunca vi que no quería escucharlo;

no había más que haberme detestado,
mucho, que a ignorarme fue orillada,
y así olvidar me fue casi obligado.

Quedo hoy con lo que quise haberle dado,
tanto que en mi alma había para una amada,
tanto en mí… y acabé dándole nada.

La respuesta

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La respuesta

Amigo volví en mí luego de la ira.
Preguntaste de qué hubo en mí ese arder.
Fue por Bi, quien mi ser vino a querer.
Dijo: “Habla si no es tu sentir mentira”.

Dije que en mí hay para ella octava y lira,
que es todo momento, alba, anochecer,
por ella habría de andar, de perecer,
que entregaría un amor que nunca expira.

Al abismo un corcel no se cabalga.
No hables todo a alguien como ella; a ti valga
bien ser brioso guardián de lo que das;

que su crueldad y vanidad no salga
en el instante en que para ella estás:
“Basta. No ansío y aceptarán jamás”.

Bienes

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Bienes

Del tiempo admito blanda una caricia,
ver profundo en la gente no equivoco,
a traer a mí destrezas me convoco,
vibro de triunfar, no sé de codicia,

las cosas no las trato en avaricia;
idilios vienen, siempre me desboco,
con cuerpos y almas fiero me trastoco,
paladeo a la vida su delicia.

¿E iré quizá sin que esto se prescinda?
Me es algo material, que no prodigo;
por ello si la dicha ya me brinda

la ocasión que a mí vengas con abrigo
pidiendo entre a tu vida amada linda,
de pronto dejo todo y voy contigo.

Bella creída

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Bella creída

Voy arriba, abajo, en medio recto.
Estilo, gracia y hermosura llevas.
Cosechas alzo que a tu ver son glebas
pues lo que no eres tú, ves con defecto.

Ser bella-creída te es innato aspecto,
si digo: “Dios mi fe y hacer conllevas”,
mientras tú blasfemas: “Más me elevas”,
veo que obtenemos de él el mismo efecto.

Voy a tu intolerancia, me secuestras,
¡yo soy amor y a ti no amar te aqueja!,
fuerza, altanería, opuestas nuestras;

mas cuando tu mirar a mí refleja
y en ¡esa cara!, tu desdén me muestras…
no dejo de sentir que Dios me deja.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Soy y fui por ti el seré

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Soy y fui por ti el seré

Si de tu amor ya tengo la fortuna,
por ti de todo el mal seré el reverso,
por ti enderezo el mundo hacia el anverso,
por ti les vuelvo gula a toda hambruna;

por ti andaré montaña, polo y duna,
por ti echaré yo a todo el que es perverso,
por ti le enciendo luz al universo,
por ti tu nombre cuelgo de la luna.

Brilla el sol por mirarte bajo el cielo,
brilla el beso que añoro en mi desvelo,
brilla el rimar por hoy ser tú mi anhelo.

Por verte sobre el cielo al sol moví,
siempre en paz por tu beso iré a dormir,
si hoy rimo es por rimarte tu existir.

Poderes

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Poderes

Si es que ella te ama como tú anhelaste,
poder de hacer el sueño esplendo-rosa;
y si a primera vista tú la amaste
siempre un poder en ti la hará a ella hermosa;

si bajo tu vista llora, ese llanto
será en tu ojo tal lava es al invierno
queriendo despojarte de tu manto;
hay un poder del cielo y hay infierno;

entonces apodera que tus labios
al amarla serán nota-bondad
yendo a cuidarla libres como sabios,
nunca atados; poder de la verdad;

y así oirás, en su voz, cómo destella
su cura el poder más que viene de ella:
el llanto natural, lágrima bella,
-como la luz que en el alba amaneció-
de la risa del amor cuando nació.

Primero

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Primero

Tal la otrora en la flota gallardía,
nave, que fue al crujir de la corriente
campeona, y luego diose a la armonía
dando al mar en corales su simiente;

tal sol que al alba despunta hacia el día,
mira las flores y en ellas se cierne
brillando en sus rocíos su sincronía,
y pleno al ocaso eclipsa y se duerme;

como tierra que ansió estar en la estela,
que ha mil años gritó su ansia echando tiembles
por ser la cima que hoy la altura alberga,
y ahí colmada descansar sus nieves;

como la verdad que inspirada llega
y alza el velo ante el hombre que la encuentre,
se hace en él para ser aquí en la tierra
y hecha su obra al arcano se devuelve;

como el agua que cae de la nube
fecundando el haz, tal tócale en suerte
bien agita el vaivén que al campo cubre
y luego al cielo en un vapor se vierte;

como el poema que a él mismo se cumple
mutando a quien su corazón le preste:
lo arranca al mundo y a un papel lo sube,
para irse al fin en una onda celeste;

como hoja que al alba al campo enverdece,
da el oxígeno que el cielo contiene,
para él baila hasta que en ella atardece
y de noche el viento al verde consiente;

como el alma que a su esencia obedece
tejiendo lo feliz que Dios ofrece:
amor; su cuerpo un día entonces perece
sabiendo que otro mundo a ella viene.

Como esto.
                   Así.
                          Tendrá que ser mi vida;
como el agua hoja y tierra: melodía;
como verdad, poema, alma movida;
sol que lleve mi nave en armonía;

siguiendo a Dios, no a algo más que corroe
diciendo: “sufre, el dolor aquí existe”;
siguiendo el tiempo y de las dichas su orden:
amor, razón, verdad. Después de aquí irme.

Seré el amor que entrega el corazón,
seré en su oleaje mieles y calor,
seré una alta honda alma y gran pasión
realizando en él todo fulgor;

mi juicio tendrá al Éter de visión,
seré ansia de saber, observador,
me haré en los elementos parangón
haciéndome de todos mi color;

mi raciocinio brillando discreción
será de todo aquel que encuentre yo,
pareciendo quietud seré una acción
que de concordia a Dios, quien paz me dio.

Porque la razón nace del amor
cuando se envuelve y crece en su candor,
y ambos traen la verdad hacia su unción
confluyendo por siempre en una unión

Daré el amor; lo viviré festivo
sin temer hiel sino siendo en él cruento,
reforzando la razón que de él vino
y sea a mi amor horizonte sin pero;

seré razón justa, en ella iré digno,
fruto alzando y desterrando en mí el ego,
por más aún ver que mi tiempo y destino
y ante mi ser la verdad alce el velo;

tendré la verdad, será gozo mío
que no irá en mí inerte y, siendo misterio,
haré que la sienta el hombre furtivo
sin que tire lo que Dios es el dueño.

Porque en ansia de tener siempre abrigo
he de apegarme a lo que es verdadero,
por esto no seguiré orden distinto
de lo etéreo que en el mundo contemplo,

cada de esto llevaré sin recodo
para dar y en mí tener siempre todo;
paciente soy, ya vendrá en su medida
pues ya hoy sé quién será amor en mi vida;

seré en mujer, en uno iremos dos
pues la hube de hallar en puerto de Dios
y he de amar, luego vendrá lo postrero;
por mi amada iré, será ella primero.