.
Señor
Señor abrí la luna y no te hallé,
anduve en la tierra y montes recorrí,
busqué en la estela hasta que la perdí,
subí al trueno y tu voz no la escuché;
viví el ayer pensando y no finé,
volé sobre del cielo y no te vi,
me hundí en el mar que entero estremecí,
de ti inquirí respuesta y no encontré;
mas tanto te invoqué con mi quejido
que atendiste queriendo hacerme fuerte,
porque cerca de mí te hiciste un nido…
miro que la belleza no es inerte,
moraste tú en mi amada, que he querido;
y en ella estás y al fin hoy puedo verte.
viernes, 12 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario