miércoles, 10 de noviembre de 2010

Primero

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Primero

Tal la otrora en la flota gallardía,
nave, que fue al crujir de la corriente
campeona, y luego diose a la armonía
dando al mar en corales su simiente;

tal sol que al alba despunta hacia el día,
mira las flores y en ellas se cierne
brillando en sus rocíos su sincronía,
y pleno al ocaso eclipsa y se duerme;

como tierra que ansió estar en la estela,
que ha mil años gritó su ansia echando tiembles
por ser la cima que hoy la altura alberga,
y ahí colmada descansar sus nieves;

como la verdad que inspirada llega
y alza el velo ante el hombre que la encuentre,
se hace en él para ser aquí en la tierra
y hecha su obra al arcano se devuelve;

como el agua que cae de la nube
fecundando el haz, tal tócale en suerte
bien agita el vaivén que al campo cubre
y luego al cielo en un vapor se vierte;

como el poema que a él mismo se cumple
mutando a quien su corazón le preste:
lo arranca al mundo y a un papel lo sube,
para irse al fin en una onda celeste;

como hoja que al alba al campo enverdece,
da el oxígeno que el cielo contiene,
para él baila hasta que en ella atardece
y de noche el viento al verde consiente;

como el alma que a su esencia obedece
tejiendo lo feliz que Dios ofrece:
amor; su cuerpo un día entonces perece
sabiendo que otro mundo a ella viene.

Como esto.
                   Así.
                          Tendrá que ser mi vida;
como el agua hoja y tierra: melodía;
como verdad, poema, alma movida;
sol que lleve mi nave en armonía;

siguiendo a Dios, no a algo más que corroe
diciendo: “sufre, el dolor aquí existe”;
siguiendo el tiempo y de las dichas su orden:
amor, razón, verdad. Después de aquí irme.

Seré el amor que entrega el corazón,
seré en su oleaje mieles y calor,
seré una alta honda alma y gran pasión
realizando en él todo fulgor;

mi juicio tendrá al Éter de visión,
seré ansia de saber, observador,
me haré en los elementos parangón
haciéndome de todos mi color;

mi raciocinio brillando discreción
será de todo aquel que encuentre yo,
pareciendo quietud seré una acción
que de concordia a Dios, quien paz me dio.

Porque la razón nace del amor
cuando se envuelve y crece en su candor,
y ambos traen la verdad hacia su unción
confluyendo por siempre en una unión

Daré el amor; lo viviré festivo
sin temer hiel sino siendo en él cruento,
reforzando la razón que de él vino
y sea a mi amor horizonte sin pero;

seré razón justa, en ella iré digno,
fruto alzando y desterrando en mí el ego,
por más aún ver que mi tiempo y destino
y ante mi ser la verdad alce el velo;

tendré la verdad, será gozo mío
que no irá en mí inerte y, siendo misterio,
haré que la sienta el hombre furtivo
sin que tire lo que Dios es el dueño.

Porque en ansia de tener siempre abrigo
he de apegarme a lo que es verdadero,
por esto no seguiré orden distinto
de lo etéreo que en el mundo contemplo,

cada de esto llevaré sin recodo
para dar y en mí tener siempre todo;
paciente soy, ya vendrá en su medida
pues ya hoy sé quién será amor en mi vida;

seré en mujer, en uno iremos dos
pues la hube de hallar en puerto de Dios
y he de amar, luego vendrá lo postrero;
por mi amada iré, será ella primero.

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