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Atado
Pensé en ti como a mí me había ocurrido
cuando andar vides me volvió viñedo,
y tiempo atrás te vine echando quedo
pues creí, por mí, que el mundo se te había ido;
nos envié por dos caminos convencido
de lo que luego se me haría un enredo;
y mi acercarte más al ir fue el credo
que me hizo de ti libre, y a vez recluido;
mi “ya hasta aquí”, tu “entonces ya me iré”,
mi tal buena obra, el no avistarte ausente;
porque tan ciego estaba no vi el ente…
ya que atado, olvidado y tú en la mente,
sin saber si un día tranquilo dormiré
ni dónde hallarte, siempre aquí estaré.
jueves, 18 de noviembre de 2010
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