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Aquello y ella
Me alumbró desde siempre a mí un destello,
viví porque la quise la aventura,
ya vi lejanas tierras de finura,
diversas compañías fueron mi sello.
Hoy entre amigos, dones, luce bello;
voy cierto, la confianza me asegura,
su risa llena mi ojo con holgura;
feliz, firme, me hace a mí eso, “aquello”.
Pero “esto” siento: amor que no contengo.
Ya que sé muy bien que si al alzar mi huerto
de entre eso no sé verla yo estoy muerto,
y sé que si en un acto yo de “tuerto”
del suelo al cielo sin mi amada vengo,
pues en realidad yo nada tengo.
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